La planta posee diversos compuestos químicos: alcaloides, ácidos orgánicos y sustancias amargas, ésteres (lactucerol), lactupicrina y lactucina, alcoholes, enzimas.

Produce potentes efectos narcóticos, hipnóticos y sedantes. La ingestión de una infusión calma la excitación nerviosa. El lactucarium (palabra aparentemente relacionada con opiarium) se obtiene realizando incisiones en los vasos lactíferos del tallo de la planta. Posee una acción similar al opio, pero no crea dependencia, por lo que la lechuga silvestre se conoce también como opio de lechuga.

Efectos:

La lechuga salvaje es usada por sus efectos calmantes y relajantes. Actúa semejantemente al opio, pero sin efectos secundarios. Es un remedio valioso contra el insomnio, nerviosismo, la excitación y otras manifestaciones de un sistema nervioso hiperactivo. Como antiespasmódico, puede ser usada como apoyo de un tratamiento para la tos. Alivia los cólicos en los intestinos y en el útero, por eso se puede usar en caso de dismenorrea. Alivia los dolores musculares relacionados con el reumatismo.

Uso:

La lechuga salvaje puede ser bebida en té: pon de 1 a 2 cucharadas de té en una taza con agua hirviendo y deja reposar durante 10-15 minutos. Bebe tres veces al día.

Otro método es preparar un extracto. Coloca 100 gramos de lechuga salvaje durante 8 horas en agua caliente sin que llegue a hervir. Filtra y escurre todo el líquido de la lechuga salvaje. Coloca el líquido resultante en una cazuela al baño maría y déjalo evaporar. Lo que queda es una especie de pasta conocida como opio de lechuga silvestre.

Para la tos seca puedes mezclarla con raíz de cereza salvaje. Para combatir el insomnio mezcla con valeriana y flor de pascua.